La renuncia virtual

Muchas de las compañías siguen considerando que la lealtad de los trabajadores se mide por el número de años que permanecen en ellas y olvidan que ésta debe ser medida en términos de honestidad, congruencia con los valores, resultados alcanzados y valor aportado.

Un colaborador que determina ya no participar en una compañía y se retira de ella, será más honesto que aquel que toma la misma decisión pero sin irse. Por ello, en esta ocasión te quiero hablar de la renuncia virtual.

La renuncia virtual se da cuando el empleado, por una o varias razones, ya no desea continuar colaborando en ella, pero decide comunicar un mensaje distinto a la organización quedándose adentro.

Estos empleados traen siempre el freno puesto y aportan sólo una parte del valor que podrían agregar a la agrupación; es decir, hacen sólo lo justo y necesario para mantener el puesto.

Las razones pueden ser muchas: salario, jefe, retos, entorno, evaluaciones. Éstas pueden ser válidas o no, sin embargo, quien decide dimitir virtualmente no está siendo honesto ni con él ni con la compañía.  

Lo cierto es que, este tipo de dimisión tiene directa relación con la madurez profesional y los valores de las personas. Es decir, cuando alguien es profesionalmente inmaduro y sus valores poco sólidos, tiende a tomar este tipo de actitudes ante circunstancias de inconformidad y de falta de motivación. Por el contrario, cuando una persona honesta y madura no desea continuar en una firma, sólo renuncia y busca una mejor opción. 

Ante esto, la organización debe estar muy atenta en identificar oportunamente cuando esta conducta se presente con el fin de disminuir la posibilidad de que parte de la estructura sea contagiada con el mismo problema y construir barreras que reduzcan la posibilidad de que sus empleados decidan migrar, o sean tentados por otra firma.

Este fenómeno se presenta en todo tipo de firmas sin importar el nivel organizacional y en general es un problema real, poco entendido y prácticamente desatendido en las corporaciones, lo cual representa una gran área de oportunidad para la generación de valor. 

El enfoque que al respecto se ha seguido es totalmente reactivo. Se debe plantear un enfoque mucho más proactivo, tratando de prevenir al máximo este tipo de actitudes organizacionales y, en caso de identificarse, actuar con objetividad y premura.



Publicado el lunes 25 mayo 2020